Este 9 de mayo de 2018, ha sido un día de Merecido Recuerdo, Guarrate, localidad zamorana, ha recordado a su hijo más ilustre, nuestro mártir Atilano Coco. Cumpliendo con la historia, una calle de su pueblo, desde hoy lleva su nombre.
Atilano Coco era natural de Guarrate donde había nacido en 1902, alumno de la Escuela de la IERE de Villaescusa, cursó estudios en Inglaterra, a su vuelta, ejerció como maestro, en el prestigioso colegio Escuela Modelo de Alicante. En el año 1929, se traslado a Salamanca para hacerse cargo de la comunidad reformada, siendo ordenado diacono en 1933 y presbítero en 1935. Fue fusilado el 9 de diciembre de 1936 en algún punto del monte de La Orbada, sin que se haya recuperado sus restos. Reunía en su persona todo lo que odiaba el fascismo, era presbítero reformado, estaba casado (con Enriqueta Carbonell Carratalá, y tuvo dos hijos: Alicia y Enrique), convencido republicano, (afiliado al Partido Republicano Radical Socialista) y masón, (desde 1928, en la Logia Constante Alona en Alicante y fundador de la Logia Helmantica en Salamanca).
En la celebración local de Gregorio Nacianceno, copatrono de la villa y con la presencia de nuestro obispo, Carlos López Lozano, una placa con su nombre, perpetuara su memoria. Emoción, recuerdo y muchísima familia te nos trajeron la memoria de Atilano, de su fusilamiento y del silencio impuesto a su memoria. El alcalde en el nombre del pueblo agradeció la presencia de la representación de la Iglesia Anglicana con su obispo al frente. Don Carlos recorrió los lugares de la memoria de Atilano, su casa donde se colocara en su día una placa que lleve su recuerdo, así como un solar donde existía un horno de pan de su familia.
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