Mateo 25:35: “Porque tuve hambre, y me diste de comer; tuve sed y me diste de beber; fui huésped y me recogiste”.
Siguiendo el ejemplo de Jesús, no podemos pasar por alto, los acontecimientos que están sucediendo en nuestro Mar Mediterráneo. Nuestra sociedad no puede abandonar a una muerte segura cientos de personas, en un acto claro de racismo y xenofobia.
Nuestra Iglesia, que desde su nacimiento fue la gran luchadora contra el esclavismo, no puede sino clamar contra una conducta totalmente condenable.
Desde esta Iglesia y desde sus fieles, nos solidarizamos con todas las acciones humanitarias, que para salvar vidas humanas se desarrollen, solidaridad que unimos a todas las personas que desde las ONG o desde los gobiernos están librando esta batalla por nosotros.
Cada vez que recogisteis a uno de estos, en el mar, a mi me recogíais, sepamos ver a Cristo en cada uno de los que viven este trágico momento.
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